Sobre el Olvido (XI)

viernes, septiembre 05, 2008

En sí la definición es incorrecta. La razón no acepta un eliminado, siquiera progresivo, siquiera momentáneo o espontáneo, de alguna memoria.

La memoria es para siempre.

Una clasificación apropiada de los recuerdos hace que se utilice la palabra olvido -recurriendo a datos estadísticos, como sus apariciones entre comidas, entre sueños, entre lugares, climas, en fin, tantas cosas- como una muletilla casi inútil, pero efectiva para varios propósitos -literatura, novela, poesía-.

Lamentablemente, las personas suelen utilizarla muy a menudo para no aceptar una reorganización en su vida.

¿Identificado?

Soy culpable de describir y estudiar el concepto y lo que engloba -especialmente en el comportamiento humano-.

¿El olvido es acostumbrarse a algo?

Es tener la certeza de que algunas cosas no volverán a ser las mismas y acostumbrarse a que los absolutismos, para algunas personas, aun existen y aun quieren imponerse.

¿Pelear contra lo absoluto?

Inútil; ambos bandos pierden. Cada quien con su idea y su manera de ver el mundo.

¿Olvidar entonces es...?

Un proceso cognitivo. A menos que los recuerdos sean parte de una lección de oratoria, gramática o matemáticas, el Olvido propiamente dicho es acostumbrarse al dolor.

¿Al dolor?

Entre otras cosas.

¿Conformismo?

Para vivir en paz es necesario ceder en algunas cosas, especialmente si te enfrentas contra ideas absolutas y a la provocadora pero cobarde mediocridad.

¿Mediocridad, provocadora y cobarde?

La falta de originalidad e influencia servil es cobardía.
Gritar a los cuatro vientos esa servil condición es provocar respuestas indeseadas.

¿Antítesis?

Dejar de ser humanos.

¿Negación?

Sonreír y no renegar del pasado.

¿Pasado?

Un tesoro.

¿Llave?

En manos de los absolutistas.

1 aportaciones:

Rigelira Libelo dijo...

El olvido es algo imposible.

Si se pudiera hacer, lo detestaría.

Por que a veces al intentar olvidar, se recuerdan cosas importantes y especiales, ahi es donde nace el dolor.

Por eso es mejor recordar.

Ahora si no querés recordar, sé indiferente al pasado, que es mucho mejor.

Yo no intento olvidar las cosas, si me hicieron daño no perdono al hacedor y si me hicieron bien... las recuerdo mucho más.


Salutes mi buen Noé!