Almizcle

lunes, noviembre 05, 2012


Sólo se limitó a observarla partir. El horizonte hizo resaltar aún más su figura que, a pesar de cualquier adversidad, no podía dejar de ser vista. No sabía si estaba hipnotizado por el hecho de que nunca más la volvería a ver o si sus caderas tenían el efecto de siempre. Tragó amargo, luego de empalagarse de sus besos; le quedó la sequedad de la tormenta que se fue. O que escapó. Saboreó su perfume por última vez, para luego mezclarse con el almizcle del día anterior, y que posiblemente persista unos cuantos días más.

El sol se la llevó.


Pendiente

lunes, agosto 20, 2012

Eventualmente redescubro la belleza que perdí el momento exacto de tu partida. Intento desesperadamente no asociarla con tus múltiples retornos perdiendo la conciencia, la guerra y la vida a tu respiro. Soy dependiente de mis caídas y vulnerable totalmente a mis éxitos [contigo]. Por qué te invito a pecar si sólo esperando un poco más el cielo nos aguarda con todas sus facilidades. Por qué escondernos si a nadie le importa encontrarnos, sólo importa fugarnos [inconclusos]. Estoy pendiente de tus señales y desatento a tus corazonadas. Eventualmente volverás y serás. Intento desesperadamente que ese día no llegue para que no se acabe este mundo...

Por qué te fuiste...


Culpable

miércoles, mayo 16, 2012

Soy culpable de historias inconclusas
de medios corazones, de algunas ilusiones
tengo la culpa de innumerables labios secos,
soy culpable de dejar las cosas a medias.

Soy culpable de enamorar sin querer
de barcos sin timón, de islas perdidas
tengo la culpa de infinitos desprecios,
soy culpable de dejar las caras con lagañas.

Soy culpable de la sal en el mar
de uñas sin cabeza, de vidrios empañados
tengo la culpa de muchas culpas,
soy culpable de vestigios imborrables.

Soy culpable de curiosidad sin fin
de juegos mentales, de malas ideas
tengo la culpa del mal de amores,
soy culpable de pechos sin fondo.

Soy culpable de muchas hojas en blanco
de fotos sin brillo, de momentos imposibles
tengo la culpa de sentimientos tardíos,
soy culpable de tus manos frías.

Soy culpable de memorias que me incluyen
de recuerdos forzados, de extrañas manías
tengo la culpa de algunos caprichos,
soy culpable de tu futuro.

Soy culpable de tu libertad,
de tu deseo de volver, de un magnetismo indeseado
tengo la culpa de algunas lágrimas,
soy culpable de tu ser.


Te conocí [Historia de mi vida, hasta ahora]

viernes, abril 20, 2012

Te conocí espiando a Dios desde una ventana
me prohibí mentalmente recordarte
pero estás tan clavada entre ceja y ceja
que hoy día, vives más que cualquier idea pasajera;
no te vas después de un sueño
no escapas después de una interrupción
tu cuerpo está presente donde no hay espacios.

Te conocí buscándome sin tenerlo presente
me impuse la proposición de recordarte
pero estás tan distante del horizonte
que hoy día, vives menos que cualquier inmortal;
te vas avisando
y vuelves sin pedir permiso
tu cuerpo está tan ausente junto a mí.

Te conocí después de conocerte
me aventuré para que me recordases
pero sólo logré ser un evento inesperado
que hoy día, podría haber sido más que un simple juego;
te admiro desde que te vi
llegué a quererte desde que te conocí
tu cuerpo nunca más lo vi pasar frente a mí.

Te conocí porque Dios lo quiso así
me desquité con la mala suerte de otros recuerdos
pero estás tan atenta a tus propias ausencias
que hoy día, después de tanto, te hace falta todo, te hago falta yo;
te quedas con tu gratitud a medias
dejas la cordialidad para el postre
tu cuerpo sabe del calor gracias a mí.

Te conocí sin tenerte en mis planes
me empañó la visión alguno de tus cumplidos
pero estás tan presente entre mis días
que hoy día, particularmente, extraño tu ausencia infinita;
te aventuras a lanzar palabras desconocidas
te quieres quedar conmigo sin siquiera desearlo
tu cuerpo lo quiero junto al mío a toda costa.

Te conocí cuando ni siquiera me conocía a mí
te describí como mi igual, para recordarte siempre
pero lo único que logré fue ser el primero entre todos
que hoy día, ese calificativo sólo sirve para enumerar;
te escondías cuando más te necesitaba
te aparecías cuando más te soñaba
tu cuerpo me dejó sólo el vestigio de tus dedos guiándome al caminar.

Te conocí
para quedarme contigo e intentar dejar de conocer
pero sigues siendo un total misterio
que hoy día, estando contigo aún no lo puedo creer;
te desconozco por las mañanas
te intuyo por las tardes
tu cuerpo, por las noches, es solamente mío y de nadie más...


Niña

viernes, abril 13, 2012

Te recuerdo, niña
sentándote a mi lado mientras pasaba el tiempo
mojándote conmigo mientras jugábamos con la niñez
sonriendo a pesar de lo pequeña que eras.

Te recuerdo, niña
tomándome de la mano sin que te dieras cuenta
apoyando tu cabeza sin que te dieras cuenta
abrazándome sin que supieras que moría por ti.

Te recuerdo, niña
ya con menos pecas por mi memoria
con menos inocencia por mi corazón
igual que siempre, con más brillo.

Te recuerdo, niña
coleccionando tu fragancia en mis manos
yéndote lejos
para encontrarte hoy, grabada entre mis dedos.


Encandilado

martes, abril 03, 2012

Me encandila la oscuridad del silencio
y perdido en cuatro patas siento el frío de la soledad
es inevitable dejarte escapar cuando amanezca
para así perderme en el laberinto de tu constelación.

Mi norte no es más que el sur de tus errores
y mi este es por donde salen todo tipo de tentaciones
es irrevocable el mandato de socorrer al deseo
para así desahogar toda esta catarata de inhibiciones.

El sabor del metal no ha conseguido matar mi libertad
y soñando con el encierro es posible seguir amando
seguir contando
seguir caminando.


Sueño

domingo, enero 22, 2012

Quiero contarte un sueño que tuve hace no mucho
en el que no éramos simples extraños con vida,
éramos lo que no somos ahora,
algo más que una quimera
un poco menos que una ilusión,
tus labios reales
mis manos, irrelevantes,
distantes, conectadas a tus emociones,
sin temor a respuestas inesperadas,
tú sonreías y yo era espectador,
no dejabas de contar tus historias de piratas y bandidos,
patas de palo y turbantes sin salir de casa,
no dejabas de mirarme a los ojos
y yo no dejaba de admirarte,
tiernamente terminaste tan junto a mí
que el aire de tus parpadeos
era tan vital como el beso que me plantaste sin respirar,
sentía que si te soltaba ahogado iba a morir,
y que si seguías pasándome tu vitalidad,
pronto o después el mundo iría a dejar de existir.

Quiero decirte que tuve un sueño contigo
que eras el arcoiris que ordenaba mis colores
y pintaba el blanco sobrante de mis ojos
con el color favorito de tus ganas,
que las lágrimas no existían
y que la tristeza la fuimos borrando poco a poco
en el instante que duró nuestro reencuentro
luego de una eterna soledad,
aquel calor que dejaste en mi pecho
atravesó toda frontera
y se alojó lentamente en mi mente quemando todo pensamiento
dejando sólo inexistentes recuerdos,
tuyos y míos, de nadie más,
fuera de este mundo y fuera de la realidad,
fuera de toda cabalidad y de todo entendimiento,
fuiste mía y fui tuyo
sin que abriésemos los ojos
en una danza del alma que cautivó a ninguno
pero que hizo felices a dos.