Sueño

domingo, enero 22, 2012

Quiero contarte un sueño que tuve hace no mucho
en el que no éramos simples extraños con vida,
éramos lo que no somos ahora,
algo más que una quimera
un poco menos que una ilusión,
tus labios reales
mis manos, irrelevantes,
distantes, conectadas a tus emociones,
sin temor a respuestas inesperadas,
tú sonreías y yo era espectador,
no dejabas de contar tus historias de piratas y bandidos,
patas de palo y turbantes sin salir de casa,
no dejabas de mirarme a los ojos
y yo no dejaba de admirarte,
tiernamente terminaste tan junto a mí
que el aire de tus parpadeos
era tan vital como el beso que me plantaste sin respirar,
sentía que si te soltaba ahogado iba a morir,
y que si seguías pasándome tu vitalidad,
pronto o después el mundo iría a dejar de existir.

Quiero decirte que tuve un sueño contigo
que eras el arcoiris que ordenaba mis colores
y pintaba el blanco sobrante de mis ojos
con el color favorito de tus ganas,
que las lágrimas no existían
y que la tristeza la fuimos borrando poco a poco
en el instante que duró nuestro reencuentro
luego de una eterna soledad,
aquel calor que dejaste en mi pecho
atravesó toda frontera
y se alojó lentamente en mi mente quemando todo pensamiento
dejando sólo inexistentes recuerdos,
tuyos y míos, de nadie más,
fuera de este mundo y fuera de la realidad,
fuera de toda cabalidad y de todo entendimiento,
fuiste mía y fui tuyo
sin que abriésemos los ojos
en una danza del alma que cautivó a ninguno
pero que hizo felices a dos.