Almizcle

lunes, noviembre 05, 2012


Sólo se limitó a observarla partir. El horizonte hizo resaltar aún más su figura que, a pesar de cualquier adversidad, no podía dejar de ser vista. No sabía si estaba hipnotizado por el hecho de que nunca más la volvería a ver o si sus caderas tenían el efecto de siempre. Tragó amargo, luego de empalagarse de sus besos; le quedó la sequedad de la tormenta que se fue. O que escapó. Saboreó su perfume por última vez, para luego mezclarse con el almizcle del día anterior, y que posiblemente persista unos cuantos días más.

El sol se la llevó.