Cómo estas...

Hoy no tengo inspiración
para decir que las flores florecen
o que el camino está terminado.

No tengo ganas de nada.

Peco tal vez
al utilizar las palabras en vano
al dirigirme al viento
o a un sentimiento de pesar absoluto.

Lamentablemente
no es la primera vez
que me dirijo al viento
que me dirijo a la nada
o simplemente que escribo por placer
como fumarse un cigarro [el que lo haga]
como comer a deshoras
como un dolor de cabeza a propósito
como una ingrata en una donación
como alguien llamado
Paranoia y Locura.

Tanto me gustaría
recuperar la esencia
soportar al sol todos los días
y dejar de ver con desgana algunos éxitos fugaces.

Tanto me gustaría
dedicar los triunfos
dejar de lado este brutal egoísmo
dejar de lado este brutal centralismo
estas ganas de dormir todas las tardes.

Poder escuchar las mismas canciones
una y otra vez hasta que pierdan el sentido
poder soñar otra vez.

Y recordar.

Pero me lo impides
tú que te sientas adelante
que sonríes cada dos por tres
que te cambias el pelo tanto como el clima lo hace.

Pero me lo impides
tú que usas esas poleras a rayas
esas blusas casuales
esos jeans con el mismo color azul.

Y lo haces con tanta libertad
que oprime mi encierro
vaticina un fin a lo incierto
y me hace correr, retroceder, para levantarte la mano.

Y decirte Cómo estas.