La ciudad es muy grande, demasiado para nuestras necesidades. Recorría algunos metros para tocar tu timbre, decirte un hola un tanto apagado por las horas a las que iba –no antes de las seis pero tampoco pasando de las siete de la mañana- te traía un jugo de naranja bien frio los lunes, una flor de cualquier índole –menos girasoles, de esas no me gustan- los martes, los miércoles amanecíamos con los periódicos de circulación nacional, mientras que los jueves te llevaba el suplemento para niños, más una copia extra, para ver quién resolvía más rápido el laberinto que ponían en la última hoja –con premio para el que lo terminara, claro-. Los viernes eran especiales, tal vez porque no llevaba nada. El premio del laberinto siempre me lo tenías que dar tú.
Ahora que no estamos juntos, recuerdo con ternura aquellos apodos que nos poníamos, algunos hirientes, algunos con sentido, otros para esperar una respuesta y los demás. Me divertía estar al otro lado de la pantalla, con el centelleo del símbolo del texto en blanco, aguardando una réplica tuya sobre tu nuevo apodo, aquel que el mundo vio nacer entre los códigos ASCII, alguna idea pícara y todo mi cariño. Intentando adivinar, me imaginaba tu cara atónita ante el ruido de los altavoces, aquel timbre característico de una respuesta y, metiéndome en el campo fantástico, hice que tus ojos brillaran de emoción, tus manos se movieran nerviosas, haciendo que te equivoques cada dos letras que escribías; hice que tu cabello se moviera lentamente, en un susurro, para cubrirte uno de los ojos, el que brillaba más, para que volvieras a tu estado normal, de cerquillo pronunciado, de mirada fulminante, de aliento a rosas. Bonito, me dijiste, pero el que te puse yo quedará por siempre. Y fue así, carajo.
Fue así.
Historia con Etiqueta (2)
martes, abril 29, 2008
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domingo, abril 27, 2008
Vista del camino de Mairana hacia Santa Cruz, en un rinconcito donde el arcoiris tiene su hogar.
Un abrazo.
Relacionado con: Imagen
Foto
"Recuerdo cuando la tomaste del hombro, tu brazo parecía un ala enorme, que la protegía.
Recuerdo que a la luz del fuego le dijiste que tomara una foto, que atrapara todas esas lindas figuras en un pedazo de papel especial.
Recuerdo que el flash rompió el encanto de la oscuridad y que tu ala se plegó un poco, a la vista de todos.
Recuerdo que, cuando la oscuridad volvió, hiciste que se agachara contigo y volviste a decirle que lo intente de nuevo, pero sin una luz adicional; bastaban las millones que se encontraban en el cielo.
Recuerdo que lo intentó de nuevo, y esta vez nadie se dio por enterado que las alas cubrieron una risa extraña, una risa diferente.
Recuerdo que sus ojos brillaron como nunca y que le pedían a gritos otra foto.
Recuerdo que las alas se hicieron transparentes para tomarla.
Recuerdo que las dos fotos, al volver, salieron tan negras como los pozos que ahora nos separan.
Recuerdo que prometimos compartir esa foto, si es que salía clara, con todo aquel que creyera en la felicidad.
Y no salió.
Aun así, sonreí y te dije que podríamos volver a intentarlo.
Recuerdo que aun espero tu respuesta."
Cita
sábado, abril 26, 2008
"Así como el árbol se fertiliza con sus hojas secas que caen y crece por sus propios medios, el hombres se engrandece con todas sus esperanzas destruidas y con todos sus cariños deshechos."
ROBERTSON, F. William
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Zigmar
Hola, Cuelga, quiero hablar con la constestadora, Pero, Pero nada, tú cuelga, o cuelgo yo y lo único que oirás será el pequeño lamento entrecortado de este aparatucho. Zigmar colgó el teléfono. Volvió a sonar, Habla Zigmar, en este momento no te puedo contestar, debido a que no me encuentro en casa o estoy haciendo algo de extrema importancia, por favor, si gustas, deja tu mensaje y con gusto te contestaré, Hola, habla Mónica. Hace tiempo que no hablamos Zigmar.
Un silencio se apoderó de la cinta donde se guardaba la conversación, o es lo que suponía Mónica.
Quiero decirte que me voy de viaje. Sí, es la excusa de siempre. Siempre está la maleta ahi, y tu vienes a desempacarla luego de un tiempo. Tal vez esto vuelva a ser así.
Siempre he soñado con viajar, recorrer el mundo, ver cómo es que las personas logran sobrevivir a ellas mismas en otros parajes, otros rincones, otros amores, otras caricias, otros sabores. Otros horizontes.
Mi destino está fijado. Sé que no crees en él, y hablo del destino propiamente dicho, no de mis acciones futuras. Y la finalidad de esto es alcanzar la felicidad. Sí, sé que también piensas que la felicidad no es un fin, sino una consecuencia, pero qué más dá.
Te escucharé pero no asimilo. Lo siento.
Y bueno. Hoy ha sido un dia horrible, como todos estos que he estado sin teléfono. Casi una semana. Mi aislamiento del mundo involuntario fue tan eficaz, que ahora es a duras penas que logro reconocer los pequeños dígitos que diferencian a un número corriente con el que desbloquea la mayoría de mis secretos. Sí, un número.
Recuerdo que alguna vez quisiste enseñarme el hexadecimal. Nunca supe al fin de dónde salían tantas letras y números. Sí, sé que vivirás de eso en el futuro, pero qué más dá.
No estoy para andar decodificando cosas que doy por hechas, o que simplemente ya sé qué contendrán.
Pero te doy gracias por ello.
A ver cuando te llamo de nuevo para que desempaquemos. Si es que esta vez no me deja el avión por tu culpa.
Como todas las veces.
En eso, se escucha una respiración y una voz que dice a lo lejos, Así también como todas las veces que te engaño a la hora de contestarte. Cuántas veces tengo que decirte que no tengo contestador, Tal vez se me olvidó, Como todas las veces, Como todas las veces, Adiós, Adiós.
Viernes...
viernes, abril 25, 2008
Tengo la mente en blanco...
Comiendo fideos instantáneos...
Una maña que alguien muy querido me contagió.
Saludos
Historia con Etiqueta (1)
jueves, abril 24, 2008
Hoy empiezo una mini-historia de unos 3 a 4 posts; todos los jueves.
Un abrazo.
***
Recientemente no nos hemos visto mucho. En teoría, el tiempo ha pasado, tenemos algunas líneas invisibles en nuestra frente y algunas marcas del acné en nuestros pómulos. Los edificios han crecido con respecto a la posición del sol y nosotros, algo más viejos, nos hemos vueltos aún más minúsculos en este mundo globalizado y conectado por redes no tan visibles, no tan sumisas, pero totalmente extrañas e indiferentes a nuestra situación. Volábamos con frecuencia. Nuestros destinos iban marcados por un paralelismo extraño; nunca chocábamos. Te veía atravesar las puertas de embarque con una lucidez de modelo de pasarela, mientras yo parecía un ekkeko, cargado de huevadas, sin un cigarro que me presente preliminarmente, pero con una vestimenta típica de un trotamundos; gafas de sol compradas al paso –nada caras por cierto-, un reloj de pulsera –sí, de esos Water-Resist- unos jeans de marca –tal vez vale más que cualquier cosa que tenga, pero sólo tengo uno- una camisa con flores –típica de las zonas con calor- y un bolso con lo indispensable para vivir; mi computadora portátil, una muda de ropa, mi cepillo de dientes, el GPS –nunca falta una loca y un bosque de pinos-, un buen libro –cualquiera- y mi calienta agua para las eventuales tazas de café que se enfrían en mis paradas en los restaurantes de los aeropuertos.
Éramos buenos amigos. Solíamos felicitarnos en los cumpleaños, llevar algún que otro vinito, una tabla de quesos, unas galletas, o simplemente las servilletas que hacían falta en nuestras esporádicas reuniones. Nuestros amigos nos veían con buenos ojos, les agradaban nuestros chistes, tus estornudos, mi risa, la ingenuidad del tiempo y lo sarcástico que era a veces a las horas de las despedidas. Tu vestido rojo, con motas, mi camisa también roja, cara, con algunas manchas del guisado aquel que comimos una noche lejana, de clima cálido, de duros resentimientos, de extraña tranquilidad. Era una noche de tormenta, con un calor insoportable. A pesar de la distancia, podía sentir que tenías tu vestido puesto. Aquella noche recordé por qué me había puesto mi camisa roja también. Deduje, mientras iba al supermercado –así como lo hacíamos regularmente- que un día como hoy irías a comer un guiso –como la vez aquella también que nos quedamos pensando en qué podríamos hacer si tuviéramos la posibilidad de viajar en el tiempo, y dije entre dientes, porque habían unos alemanes al lado nuestro, que mataría a Hitler sin pensarlo dos veces, en lo que contestaste que toda persona que pudiera viajar en el tiempo lo haría, nos reímos, manché mi camisa, tú, en un sentimiento de culpa involuntario, intentaste limpiarla, yo te dije no te preocupes, tomé tu mano con la servilleta de tela empapada en jugo de guisantes y zanahorias, la puse en la mesa y, una fuerza sobrehumana me dijo, bésala, y lo hice, y lo seguimos haciendo hasta que… -. Era nuestro aniversario. Cumplíamos más de seis meses sin vernos.
(...)
Una anécdota
Recuerdo que el año pasado, en una de esas tardes calurosas, me dijiste fervientemente que estudiarías en la Universidad Privada de Santa Cruz y que yo tomaría el camino de la Escuela Militar de Ingeniería. Después de discutir mucho, llegamos a la conclusión de que podríamos describir nuestras futuras universidades en algunas palabras. Tal vez el resultado fue que terminamos convenciendo al otro.
Tú te fuiste a la EMI y yo a la UPSA.
Gracioso, no?
Un abrazo.
PD: Para que no me reclames como la anterior vez.
Esto lo hicimos los dos, no sólo yo.Una mañana de julio
Pasé por el lugar que iluminó mi futuro
Supe que era para mi; sin pensarlo
Acaricié mi sueño materilizado
Entre tanto, en la soledad amezante
Me mostaste la verdad en un dibujo
Intenso, real, tuyo
Usurpaste furtivos pensamientos
Pensando que te pertenecían
Sabias que eran prohibidos
A pesar de la intensa neblina que los rodeaba, los viste
Escapaste, te fuiste
Me vengaste con el viento y lo cegaste
Incluyéndome a mí y a mi muñeco de nubes
Una densa mentira cubrió
Puras palabrerías
Soñando con hacerlas realidad
Añorando ser escuchadas
En ciertas líneas te dije sin decir
Mi más guardado secreto
Imagina que soy alguien más, pero que te dice, Te quiero
Un cielo azul
Para poder recordar tu pureza
Sol radiente que ilumine tus ojos
Apresaron mi corazón
Entonces, me dijeron que no te vería más
Me mintieron las constelaciones que, de brillo en brillo
Invitaban a que nos sentemos en su galaxia por siempre
Un poco de inocencia
Para poder ver la virtud de tu alma
Solo con una mirada
Amarraste a mi corazón tu recuerdo
Emitiste un sonido a lo lejos
Me miraste y agitaste los brazos, pero la
Interferencia me impidió escuchar algo más del Te necesito
Relacionado con: No-Rutina
Sobre los Días Buenos...
Los días amanecen claros últimamente; el sol se refleja en las lozas, se refleja en ellas y forma figuras graciosas con el polvo, y se refracta en mis ojos, haciéndolos lagrimear. Algunas lagañas caen a la cama y se aplastan con el peso de mis dedos. Me toco el pelo, lo bato un poco, y veo que se encuentra más acomodado que el día anterior.
Esa es una buena señal, un día bueno se avecina.
Recuerdo, cómo no hacerlo, si fue hace algunos días. El jueves por la mañana, luego de un miércoles funesto, de esos Días Malos, al llegar a la Universidad, uno de mis amigos se acerca corriendo y me dice, Noé, Wilson se ganó la beca Patiño.
Dios y el sol nunca mienten, y esa noticia, luego de asimilarla, alegró mi día, alegró el día de toda una comunidad y de todo un grupo de amigos y conocidos que brindamos en su honor.
Fue de esos Días Buenos, donde se recogen frutos de una siembra productiva, donde se siente que la felicidad está a la vuelta de la esquina y que nada es imposible.
El sol continúa brillando hasta hoy, con sus rayos refractados y todo incluido.
Eso sí, siempre con la conciencia de que a uno le dura la sonrisa mientras uno se mantiene firme ante lo que quiere.
Un abrazo.
Relacionado con: No-Rutina
Sobre los Días Malos...
Recuerdo con nostalgia cada día que pasaba en mi niñez y que tachaba de Este fue el peor día de mi vida; un raspón en la rodilla, un pelotazo en la nariz -con consecuencias a futuro no muy agradables-, una reprimienda, una palabra borroneada que terminaba destruyendo una hoja, la punta de un lápiz intajable, los colores que nunca respetaban la línea gruesa -con consecuencias a futuro también no muy amigables-, el jugo de frutas amargo, la leche derramada en el suelo, el Super Nintendo estático, la charla constante y desvariada de amigos desconocidos, los dolores de cabeza constantes, los nervios, el deporte obligado, en fin, tantas cosas...
Sobre los días malos, tal vez ahora vistos desde otra dimensión; un raspón en el corazón, un pelotazo a la razón -con consecuencias a presente no muy certeras-, una reprimienda, una palabra estática que terminaba destruyendo una amistad, la punta de un problema inzanjable, los colores que nunca respetaron las ideologías -con consecuenias a presente también no muy certeras-, la miel de los besos amargos, las oportunidades derramads por el suelo, el Wii estático, la charla constante y desvariada de los políticos, los dolores de cabeza constantes, los nervios, el sedentarismo obligado, en fin, tantas cosas...
Relacionado con: No-Rutina
Canción
lunes, abril 21, 2008
너에게
To You
Para tí
(Even if you say you love me now, dear,
A pesar que dices que me quieres,
I'm afraid, might be only for now.
Tengo miedo, tal vez sólo por ahora.
Because... hmm... let me tell you...)
Porque... hmm... déjame decírtelo...)
You may not understand me, who just smile at your words
Tal vez no me entiendas, dado a que sólo sonrío a tus palabras
I like all of you, but the fear gets me down.
Me encantas, pero el miedo me deprime.
Too many thoughts are interrupting you
Muchos pensamientos te interrumpen
Still you smile at me, For which I only say thank you
A pesar de ello, me sonries, por lo cual sólo puedo decir gracias
You still have a pretty innocent spirit
Aun conservas un bonito espíritu inocente
I don't know why, but everything's so hard for me...
No sé por qué, pero todo es muy difícil para mi...
This world will change, definitely, And so will our thoughts
Este mundo cambiará, definitivamente, y también lo harán nuestras ideas
Don't you see there are only difficult things for us?
No ves que sólo hay dificultades entre nosotros?
Sometimes I look away from your lovely eyes...
A veces desvio la mirada de tus tiernos ojos...
Do you feel it? But it's never because I don't like you.
Lo has sentido? Pero, no es porque no te quiera.
Since I began to see you, Worries have been growing in my mind
Desde que comencé a verte, las preocupaciones han ido creciendo en mis pensamientos
After I began to like you, I only sigh when thinking of you
Desde que comenzaste a gustarme, sólo suspiro al pensar en ti
Your lovely eyes made me feel happy
Tus tiernos ojos me hicieron feliz.
When I held your hands, I used to dream a dream;
Cuando tomé tus manos, Solía soñar un sueño;
When you kissed me on my cheek,
Cuando me besaste en la mejilla,
The whole world seemed to be mine
Todo el mundo parecía pertenecerme
So I wanted just to hold you. But, in this world...
Asi que, sólo quería tenerte conmigo. Pero, en este mundo...
There are still too many things
Aun hay muchas cosas todavía
Standing right before you
que se encuentran justo antes de ti.
Don't you see?, everything is difficult
No lo ves?, Todo es complicado
You will be faced with new lives,
Te enfrentarás a nuevas vidas,
and they all will turn their eyes to you; can't you see?
y todas ellas volcarán sus ojos en ti, no puedes verlo?
Can you follow the thinking behind this?
Puedes seguir el pensamiento detrás de todo esto...?
I only hope not to have your little heart hurt...
Sólo espero no haber lastimado tu corazón...
Adults are constantly telling me
Los adultos me dicen constantemente
That I still have a lot more to learn...
Que aun tengo muchas cosas que aprender...
Cuña
Encontrar, no un oasis, no...
si no... una realidad, una...
tus labios... poderosos...
mágicos, maravillosos
aquella escencia
toda tuya
única.
Como
escalera
ira aquella
melodía que
mientras canta
me dice en silencio
que eres la unica quien
logra despertar en este ser
la admiración que merece un amor
la magia que hechiza a nuestro tiempo
las ganas de seguirte queriendo y queriendo
hasta que digas basta con un dedo y tomes mi mano
la dirijas a mi corazón y digas, No esta latiendo... cierres
los ojos, y lo veas justo en tu mano... Es tuyo, te pertenece
intentes devolverlo, sin resultado, Mira como late, no te detengas...
Quiéreme con las palabras, Quiéreme con el corazón, Quiéreme si puedes con todo lo que quieras quererme. Quién lo dijo, quedará en la duda, ya que mientras las palabras se dicen, los susurros se vuelven un solo sonido y las bocas una sola.
Relacionado con: Cuña
Sobre los Entredichos
domingo, abril 20, 2008
En una búsqueda por salir de la rutina, o intentar sorprender o decir algo que realmente no se quiere, o no se puede, las personas suelen caer bajo telas, mantas, como se quiera definir, de diferentes colores y marcas que pretenden esconder una verdad tangible y desesperada por salir.
La fragilidad de estas mantas se ve reflejada en dos circunstancias elementales; la primera, es recibir una respuesta acorde a lo que se buscaba en un principio, ocultar una verdad y que el receptor la desnude solo; tal vez así parezca más sencillo afrontarlo, o explicarlo. La segunda es todo lo contrario; que el receptor no entienda de lo que se está hablando, exija una explicación y que el emisor se limite a dar detalles superfluos, generalmente relacionados con el color de la manta, las figuras que trae y por qué es que no la hizo de otro color.
Cuándo entenderá la gente que es mucho mejor molestarse por una respuesta que no es acorde a lo que buscan que molestarse aún más porque no les salga bien un telar de ingenuidad?
Un abrazo.
Relacionado con: Palabras
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