Oblivion

lunes, noviembre 24, 2008

Caminaste, te fuiste, corriste, te escapaste, volviste, viste, sin embargo, de algo ni cuenta te diste. Una prosa barata, una rima no tan constante, conjugación forzada, conjugación defectuosa, monotonía, rutina, sonrisas falsas; OBLIVION.

Son los efectos secundarios de una borrachera casual; borrachera con bebidas defectuosas -sin agua, sin alcohol; simples recuerdos y palabras-, bebidas sin sabor, bebidas algo así como tus besos. Sin saber qué hacer entre la marejada de melancólicos recuerdos, mareado y atontado, me levanté de la mesa y dije OBLIVION.

Son los efectos secundarios de una nueva historia, de la terminación patética de otra; es consecuencia de guardar los viejos lapiceros en un cajón, con minas dentro de ellos por si algún día se los necesitara con urgencia... para apuntar un teléfono, para anotar una dirección; nada del otro mundo, nada comparado a su anterior función. Hay quienes dicen que limé mis iniciales de ellos, hay otros que dicen que los abandoné en una tarde casual. Yo les digo que los guardé con todo el respeto que se merecen; lástima que la última palabra que estos escribieron fue...

OBLIVION.