Sobre la Soledad

jueves, julio 10, 2008

Me dijo, Te estaba extrañando.

Le contesté, Gracias por el cumplido, pero hoy no tengo ganas de un trago.

Sorprendida aclaró, Ese vicio lo dejamos hace un tiempo.

Atiné a decirle, Lo dejé hace un tiempo, querrás decir.

Cerrando los ojos, aclaró, Es que yo no sé razonar como tú y el alcohol es mi única forma de envenenar el recuerdo que tengo de ti, hasta que vuelvas a aparecerte por estos lares.

Hice un gesto y afirmé, No vuelvo porque quiero.

Otra mueca, Entonces, qué haces aquí.

Una sonrisa, Tú lo sabes. Tráeme lo de siempre.

Corriendo, Soledad me trajo los diarios desde que dejé de visitarla, una copa de sidra y un par de libros.

Debíamos ponernos al día; pasaron más de tres años desde que no nos veíamos...

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