Senderos...

martes, julio 22, 2008

Una bicicleta pasó por acá, y se perdió en los rumbos del garaje de una licorería.

Los pasos de unas botas marcaron el camino hacia la estación, mientras que el de unos tacones, duplicadas las huellas -tal vez porque ella llevaba una falda- seguían al cadete, arrastrando esa poca de arena que cubría y hacía indefinidos a algunos rastros.

El camino dibujado por unas sandalias se perdía en la sombra de un árbol, y otra ruta trazada por unos kits viejos -viejos por la huella indefinida que dejan- venían de un lugar distante hasta el mismo árbol. Cuatro huellas un tanto mas hundidas que todas las demás me dicen que el sol prolongó la sombra en el árbol el tiempo justo...

Las huellas de un niño, los rastros de sus rodillas... las pequeñas huellas de su muñeco...

Un mundo distinto al mio...

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