Formalidad

lunes, septiembre 14, 2009

No fue culpa del cansancio
no se tuvo que meter ni siquiera al sol
no fueron suficiente horas de diversión
ni mucho menos algunas gotas de valor.

No fue culpa de las palabras
misericordiosas ante la situación
tampoco de los verbos
que en su accionar no condujeron a la perdición.

El Pecado fue la Formalidad
que en su frialidad se comió el ambiente
le quitó el aire y masticó las sonrisas
y las convirtió en pequeños acordeones de dientes.

El Pecado fue la Formalidad
que en su elegancia le quitó la sorpresa al momento
escondió entre brillantinas el nerviosismo
y marcó de negro una noche tan clara.

El Pecado fue la Formalidad
que por no decir Te quiero dijo algo más sonoro
que por no decir Quiero estar contigo susurró algún chascarrillo
que por no decir Eres maravillosa se limitó a sonreír para la foto.

El Pecado fue la Formalidad
porque en el Momento en que ocurrió, el instante se perdió
porque la causa no valió el efecto
porque la sorpresa no llegó a eso.

El Pecado fue la Formalidad
[...]

Quisiera decirte tantas cosas,
únicas, tal vez repetidas;
intentaría demostrarte algunas otras,
siento que esto tal vez no podría tener fin, aunque,
indistintamente al tiempo, las tristezas pasan,
escapan los gritos y el júbilo es grande,
realmente grande... tanto que se puede palpitar,
agitar, cortar con tijera;
sería entonces la tierra prometida; tú y yo en ella...

Sería entonces la cuna de nuestras promesas,
esperanza de nuestros sueños
realidad de nuestras fantasías...

Miraste entonces con atención estas palabras,
intentado encontrar algo que a simple vista no se ve...

Notaste entonces que estaban cargadas llenas de cariño,
olvidaste que tal vez podrían contener algo más,
vienen, van, se chocan, fusionan, se ayudan,
intentan formar algo más que un significado juntas;
anidan, estas palabras, mucho más que oraciones con sentido...

[Esconden más de lo que imaginas...]

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