Tengo un vecino un tanto desordenado.
Bebe por las mañanas, grita en las tardes y duerme en las noches. Generalmente trae una banda de esas de trompeta y bombo todos los fines de semana para festejar que se le van las horas en este mundo. Al contrario de algunas puritanas, no hay dama que se le resista -tal vez el uniforme de piloto les guste o algo así-. Los sonidos del amor son tan casuales como la lluvia y los gatos que viven de sus sobras son felices en su techo -y en el mio-.
Le gusta mandar al carajo seguido. Según entiendo, es un lugar muy lejos, porque siempre pide a las circunstancias un preámbulo -el otro día dijo sin pelos en la lengua, No te quiero ver más, a pesar que la antártica esta lejos, te quiero ver aun más distante. Vete al carajo-. Se rumorea que pilota Al carajo todos los miercoles y jueves, luego de que el alcohol de los martes le llega al cerebro y le dibuja uno de esos mapas mágicos en alguno de sus hemisferios.
Le gusta coleccionar chatarra, tanto así que tiene un montón de ella sobre su techo y otro poco desparramado por toda su galería -eso explica por qué los gatos no se mueven de allí; luego de muchos esfuerzos, esos pobres animales han hecho su casita en base a fierros, colgadores, colchones partidos a la mitad y botellas plásticas-. Cuentan las leyendas que es tal la cantidad de chatarra y cosas en sí que el vecino tiene sobre su techo, que Dios vive debajo de todo eso, haciendo llover cuando acá un servidor está triste o siente alguna punzada en el corazón.
Creo que olvidé mencionar que si me comparo con el vecino, yo soy de lo más normal...
2 aportaciones:
Buenisimo!!! Me gustó mucho! Es re simple y siempre encuentro lo mejorcito en la simpleza de las cosas...
La frase de "los sonidos del amor son tan casuales como la música", a mi entender, es la más linda!
Un beso. Que estés bien!
jaja.. eran tan casuales como la "lluvia"! pero bueno, suelo equivocarme con mi criterio propio.. ja! Ahora sí, qué estés bien!!!
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