Daniela

viernes, mayo 30, 2008

Un acorde sonaba a lo lejos, mientras que una villa saturaba el paisaje con sus colores y las pinceladas imperfectas del tiempo. Buscabase en la villa a una niña.

Llamabase Daniela. Mientras tarareaba la canción q viajaba con el viento, sus pisadas se hacían diminutas con las bofetadas de arena q daban las circunstancias, un poco de humedad y la picardía de la gravedad nublaban los restos de un posible paraje.

Los villeros, en su nerviosismo, juraban haberle dado la vuelta al mundo buscando a la niña. Sólo habían caminado en círculos.

Lentamente, Daniela fue perdiendo las fuerzas. Quedó dormida en un pedazo de tierra que imaginó ser su cama y posó su cabeza sobre una hormiga. Un intento fallido de peluche.

Se dio la casualidad que alguien pasaba por ahí. Y eras tú, llevando la música de la villa en la piel y un poco de su cultura en un pequeño plato de comida. Casi mueres del susto cuando viste a Daniela tendida boca abajo, en la tierra. Te alegraste luego.

Al parecer la hormiga había dado aviso a las demás, dado a que la encontraste rodeada por un gran y diminuto ejército. De repente, comenzó a llover. La humedad había logrado su objetivo.

Te mojaste, te protegiste bajo un árbol, pero Daniela y las hormigas seguían ahi. Pensaste y viste que no tenías mas remedio. Terminaste tu comida, dejaste un poco a las guerreras y cubriste a Daniela con tu vasija. Era tan tierno ver que cabía...

Daniela despertó al día siguiente... Y continuó su camino... Ahora acompañada de su propia legión y un gusto a villa y música que no se lo quita nadie.

Lo que nadie sabe... Es que una de las hormigas, que cuenta esta historia, prefirió irse contigo a recorrer el mundo, a escucharte y a defenderte o simplemente acompañarte. Sólo te pido algo. Déjame vivir en tu cabello, para escuchar aquella música...

Por siempre.

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