Quiero que quieras y que seas feliz.
Sólo así, entonces, seré feliz.
Si me quieres querer en el proceso, será un plus para nada despreciable.
Eso si, ten en cuenta que mi casa no tiene puertas y no podrás tirarlas si te enojas.
Mi casa no tiene ventanas porque la única luz del día de la que se alimenta mi espíritu eres tú. (Por ende, no tengo ni cortinas, ni marcos ni nada relacionado).
Que mi casa no tiene chimenea porque el calor que necesita está en tus manos...
Que mi cuarto no tiene cama porque sólo puedo descansar sobre tu regazo.
No tengo zapatos porque sigo el camino que recorres.
No tengo uñas porque se fueron mientras te esperaba bajo las hojas del otoño.
Eso sí, sé que piensas en mí de vez en cuando.
Y, siéndote franco, es todo lo que necesito.
N.C.
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