Dejo semillas por donde camino
para que al volver por el mismo sendero
hayan crecido árboles que me den sombra.
Llevo un tambor oculto en la espalda
que por si vienen tiempos de guerra,
me refugie en la música y no en otros bailes.
Tengo una capa que me protege del frío,
que me recuerda que vengo de muy lejos
y que volver, más que un anhelo, es un sentimiento aparte.
Aún errante, camino por los mismos rumbos
tengo un castigo apremiante
que es la de vagar por este mundo.
Aún errante, no me han castigado aun con la sabiduría
todavía puedo aprender nuevas cosas, caerme y limpiarme;
todavía puedo respirar sin estar consiente de estar vivo.
Todavía tengo que volar por mares y nadar por brisas
para llegar a destino, sin embargo,
tengo tiempo de sobra;
[es el que me das tú]
Aún errante...
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