Fe

miércoles, diciembre 09, 2009

Vivimos en un pueblo casual
veneramos a las vírgenes
caminamos por ellas, nos raspamos las rodillas
nos manchamos la cara; creemos.

Creemos en un dios que todo lo puede
en un dios que lo ve [casi] todo
que a veces ordena matar en su nombre
y que en su nombre también, a veces, matamos.

Tenemos fe,
que combinada con el tiempo es la mágica receta
de esas vírgenes y dioses
para cualquier problema del corazón.

Pero esa fe deja de ser ciega
adquiere el complejo de dios,
esa fe se quebranta en el tiempo
adquiere el complejo de las vírgenes.

Entonces el pueblo casual
llega a ser el infierno en la tierra
con dioses y vírgenes recogiendo lágrimas en goteros
por engaños y promesas sin cumplir.

[Por engaños y promesas sin cumplir]

Pero la fe, la todapoderosa fe
hace que las personas vuelvan a rasparse las rodillas
hace que vuelvan a temer
hace que el tiempo vaya y venga con las esperanzas...

Tal vez esta sea la historia de los océanos
[los goteros no son pozos sin fondo...]

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