Pendiente

lunes, agosto 20, 2012

Eventualmente redescubro la belleza que perdí el momento exacto de tu partida. Intento desesperadamente no asociarla con tus múltiples retornos perdiendo la conciencia, la guerra y la vida a tu respiro. Soy dependiente de mis caídas y vulnerable totalmente a mis éxitos [contigo]. Por qué te invito a pecar si sólo esperando un poco más el cielo nos aguarda con todas sus facilidades. Por qué escondernos si a nadie le importa encontrarnos, sólo importa fugarnos [inconclusos]. Estoy pendiente de tus señales y desatento a tus corazonadas. Eventualmente volverás y serás. Intento desesperadamente que ese día no llegue para que no se acabe este mundo...

Por qué te fuiste...


1 aportaciones:

Natalia dijo...

Hay "momentos justos" para que las personas se vayan. A partir de esos momentos sólo te queda una idea de la persona, para siempre, y a esa idea te agarrás y es más bonita que la realidad. Es mejor.