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Se sentó delante de las flores
miró las nubes, las aves, los laureles;
se quitó los zapatos en medio del césped
sintió la madera, las arrugas, las manos.
Se retrasó el reloj de la catedral
miró las nubes, las aves, la toma instantánea;
se quitó las agujas en medio del tiempo
sintió la madurez, las arrugas, la poca niñez.
Se quedó esperando un café
miró el vapor, el color, la soledad;
se quitó las gafas de en medio de sus ojos
sintió la luz, la humedad, su rostro.
Se mudó la lluvia a la ciudad
miró el vapor, el horizonte, la soledad;
se quitó de encima aquella dependencia sutil
sintió la luz, la humedad, la libertad de elegir.
Se encontraron bajo la lluvia
mirando la catedral, el tiempo, el horizonte;
se quitaron la soledad tomándosela junto al café
sintiendo la humedad, las arrugas, sus rostros.
Se refugiaron bajo las manecillas del reloj
mirando la madera, las nubes, las tomas instantáneas;
se quitaron la ciudad de encima camuflándola con flores
sintiendo la libertad de elegir, la luz, sus manos,
Se amaron sin pausa hasta el final
mirando al mundo en sus manos,
al tiempo escurrirse entre las paredes
se quitaron los complejos
sintiendo esa amalgama de sensaciones
que son el amor mismo sin censura...
